La forma en que caminas influye en cómo te sientes: Caminar con una postura erguida y un ritmo enérgico puede hacerte sentir más seguro y optimista, mientras que caminar encorvado puede aumentar los pensamientos negativos.
Cuando alguien cruza los brazos o evita mirarte a los ojos: Cuando alguien cruza los brazos o evita el contacto visual, puede estar a la defensiva, incómodo o desacuerdo. El lenguaje corporal revela emociones sin que nos demos cuenta.
Tardamos solo 7 segundos en juzgar a alguien: Antes de que alguien diga una sola palabra, nuestro cerebro ya ha formado una opinión sobre esa persona basándose en su apariencia y lenguaje corporal.
La forma en que hablamos influye en nuestra autoestima: Si usas un lenguaje negativo sobre ti mismo, refuerzas una imagen negativa. Por el contrario, hablarte con amabilidad y seguridad puede mejorar tu confianza y bienestar emocional.
Cuando estás enamorado, tu cerebro se parece al de alguien drogado: Las personas enamoradas experimentan una activación similar en el cerebro a la que ocurre cuando alguien consume cocaína. Se liberan grandes cantidades de dopamina, lo que genera euforia y obsesión.